COSAS QUE ECHO DE MENOS: BAILAR ZUMBA (I)

Hola querid@s! Si hay algo que en estos días de “secuestro” por la pandemia creo que hemos aprendido, más allá de las grandes lecciones, es que en la vida no hay nada que sea eterno ni para siempre. Ya lo sabíamos, pero ahora, la amenaza ha afectado a todas nuestras rutinas, a todas nuestras costumbres y, lo que es peor, se dirige, peligrosamente, hacia lo que hasta ahora era nuestra forma de vida para cambiarla -nos dicen- hacia un “nuevo orden mundial”. Por instinto ya adivino que esta “nueva normalidad” no parece me vaya a gustar, sobre todo porque lo que es impuesto, por definición, siempre será un escenario lejos del mayor tesoro, la libertad individual…

Por eso, hoy empiezo con el primero de una serie de post sobre todas esas pequeñas costumbres que forman parte de mi vida desde hace tiempo, que más echo de menos ahora y que son las que realmente dan felicidad. Entre ellas, tienen lugares destacados, por ejemplo, viajar a lugares especiales, la música, celebrar cumpleaños o acudir a mi querida costa Mediterránea y, como no, bailar, especialmente Zumba. Ya he hablado de la Zumba en muchos otros post (aquí), (aquí), (aquí) o (aquí) pero hoy solo quiero mostrar algunas de esas miradas del pasado año “zumbero” en momentos llenos de vida. Con ellas quiero reivindicar también, desde este pequeño rincón, la necesidad que se nos impone a todos de despertar, de no ser marionetas y analizar la verdadera realidad. Solo así impediremos que nos roben lo único que, a mi juicio, realmente es nuestro en esta vida: el amor y esa libertad…