Hola querid@s! Por fin traigo imágenes de mi viaje a Sicilia, una de las veinte regiones que conforman la República Italiana. La mayor isla del mar Mediterráneo, considerada un importante destino turístico de Europa, cuyos orígenes pueden retrotraerse al siglo XVIII, cuando se convirtió en una etapa obligada del Grand Tour, el viaje educativo y de ocio que los jóvenes aristócratas europeos, realizaban como culminación de sus estudios antes de ingresar en la edad adulta…
En latín, esta isla de forma triangular ubicada al sur de Italia, se llamaba Trinacria, que significa triangular y su ambiente, paisaje, historia y sus habitantes, determinan una sensibilidad diferente. Lo testimonian los numerosos nombres que han hecho y hacen de Sicilia una tierra de cultura, de pintura, cine y escritura. Es también la tierra de los viajeros, de aquellos que descubrieron el conocimiento en los orígenes griegos de Occidente; la tierra de las revueltas de los fasci siciliani y de la lucha entre la legalidad y la ilegalidad mafiosa…
En la historia de las distintas dominaciones, de los pueblos que se fueron sucediendo, Sicilia ha creado una identidad propia y única. El turismo es una actividad en constante crecimiento, favorecida por la presencia de numerosos sitios arqueológicos (como el Valle de los Templos o Selinunte) y las bellezas naturales…
Entre otros destinos turísticos de renombre están localidades como Taormina, Agrigento, Siracusa, Cefalù y Piazza Armerina (Villa del Casale) o el volcán Etna. El interior de la isla es rico en historia, tradiciones y sobre todo en arte y cultura, fortalezas, iglesias, bosques y espacios naturales que junto con el mar, forman parte de la gran identidad siciliana…
Mi primera parada fue en Trápani, en el hotel Room Mate Andrea, un caso de amor a primera vista, con una ubicación privilegiada en la costa, justo al lado de la playa y el centro histórico de la ciudad. Ubicado en el Palazzo de Platamone, construido a principios del siglo XX por el marqués Enrico Platamone, sus paredes han sido testigos de las aventuras y experiencias de una familia noble. Con el murmullo de la orilla del mar y la brisa marina de la isla de fondo, este hotel cuenta con todas las instalaciones para que uno se sienta como miembro de la realeza y su decoración conserva el estilo neoclásico en algunas habitaciones con detalles originales para que se pueda revivir esa época…
Entre los numerosos enclaves arqueológicos y destacados del Mediterráneo, se encuentra en la costa sudoeste de Sicilia, Selinunte, el yacimiento griego más extenso…
Su nombre es el que dieron los romanos a la antigua Selinus griega. La belleza del lugar es tan sólo comparable con la de Segesta o Siracusa…
El complejo arqueológico actual se divide en cuatro zonas: Los Templos Orientales, La Acrópolis, La Ciudad Antigua, y el santuario de Malophoros y se nominalizan con letras ante la imposibilidad de catalogar con exactitud a la divinidad a la que honraban. El templo G, dedicado a la divinidad de Apolo o Zeus contaba con un peristilo de 46 columnas de 16 metros de altura por 10,5 de circunferencia, que le conferían un tamaño de unos 110 x 50 metros, siendo uno de los más grandes de la antigüedad y rivalizando en dimensiones con el Partenon de Atenas…
En Selinunte llevo short BERSHKA; tshirt y chaleco STRADIVARIUS; sneakers BUFALO; bolso y gorro adquirido Jamaica.
La imagen de la acrópolis sobre el mar es una de las vistas más imborrables de Sicilia. Sobre una explanada irregular, fue rodeada por muros y torres que le conferían un cariz defensivo ante la amenaza constante de Segesta …
Otro lugar ineludible para visitar cerca de Trápani, es el pueblo medieval de Erice. Sobre el Monte San Giuliano. A 751 m de altura, surge esta localidad, cuyo nombre deriva del siculo-itálico Eryx, que significa ‘Monte’. El panorama que se obtiene desde arriba es sin duda uno de los más bellos de Sicilia, con vistas de las salinas de Trápani y las islas Egadi al fondo…
Para llegar a Erice se puede elegir entre el ascenso en Funicular que permite volar por encima de las laderas o el ascenso en coche desde Trápani (14 km), que zigzagea casi de forma interminable, pero que ofrece panorámicas del mar que parece estar al alcance de la mano…
Erice reúne muchos rasgos sicilianos, como un urbanismo normando, la organización árabe de la vivienda en torno al patio y un amplio abanico de dulces. Al ser una de las metas turísticas más importantes de Sicilia, la proliferación de restaurantes, tiendas de souvenirs o de productos típicos como la cerámica o los “frazzate” (tapetes coloridos) es algo muy típico. En este pueblo se vive el Medievo y sus calles empedradas llevan la historia manchada en las piedras de sus empinadas cuestas. Si la niebla lo permite, y los ojos se esfuerzan, la vista desde lo alto de Erice, permite alcanzar incluso Túnez o el Etna…
En Erice llevo vestido STRADIVARIUS; bolso MICHAEL KORS; sneakers BUFALO; gafas de sol PRADA.
Los recorridos prefijados de la ciudad dan la sensación de perderse e ir descubriendo rincones que no se han visto erosionados por el paso del tiempo y sus angostas callejuelas son un laberinto de cautivadoras postales vivientes. Su abigarrado aspecto se debe al limitado espacio construible y a la necesidad de protegerse del viento que azota el monte en invierno…
Hoy Erice es un punto de veraneo de algunos sicilianos y extranjeros, con segundas residencias, pero sobre todo es un tesoro arquitectónico perfectamente conservado, cuyas calles sólo ven roto su silencio por los turistas y el ajetreo de los cafés y tiendas de souvenirs que desembocan en la Piazza Umberto…
Pero antes de la plaza, una callejuela nos abre a la explanada de la Chiesa Madre o Duomo, Santa María della Asunta, del siglo XIV, levantada bajo reinado de Federico de Aragón. Su particular campanario, separado de la iglesia es en realidad una torre de vigilancia aragonesa de 1315…
Las suntuosas pastelerías de las calles de Erice son famosas por la elaboración de dulces de almendra y mazapán que antiguamente sólo se elaboraban en el convento. Otro producto típico de Erice son las Frazzate, alfombras artesanales confeccionadas por mano de obra local y la cerámica…
Merece la pena bordear Erice por las calles más tranquilas hasta llegar al castillo y a los jardines comunales, Giardino del Balio (que procede de la palabra “bajulo”, gobernador), donde el esfuerzo de subir las cuestas se ve recompensado con la paz, las vistas, y la visita al castillo. Por un lado aparecen las torre medievales normandas, junto a la torreta Pepoli (un capricho del conde de Pepoli a finales del siglo XIX); y muy cerca el Castillo di Venere, que sugiere tiempos de gloria cuando en el siglo XII se construyó la fortaleza sobre el templo de Venus (Venere). A la entrada del castillo de Venero aún vemos el emblema de piedra de los Augsburgo, recuerdo del paso de la monarquía española…
Este punto más alto donde se alza el castillo, fue lugar de culto y veneración -en todo el Mundo clásico y el Mediterráneo Occidental-, de las diosas del amor y la fertilidad con el dato curioso de la presencia de palomas de un blanco impoluto, que desde época clásica acuden a Erice durante su migración…
Un lugar que ha sido, desde tiempos inmemoriales, punto de culto y advocación a las divinidades clásicas y que incluso hoy en día, con sus numerosas iglesias, tiene ese halo de misticismo que desprendió antaño…
“Mi tierra está ardiendo y arde mi corazón, lo que ella ansía por agua, yo ansío por Amor…” (Brucia la terra, de El Padrino)
Gracias por seguir y comentar mi blog, nos vemos el próximo jueves donde seguiré con mi viaje a Sicilia.
Que maravilla de viaje, nosotros este verano estuvimos dudando y al final nos decidimos por Cerdeña, pero Sicilia se quedó en segundo lugar, puede que en otro momento 🙂 ¡Feliz semana!
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